Monasterio De San Joaquin Y Santa Ana Valladolid

La Iglesia del Museo de San Joaquín y Santa Ana acoge varios recitales de música clásica en todo el año. Varios de los directores de orquesta y solistas mas esenciales que nos han deleitado con sus interpretaciones han sido Ernesto Monsalve, la soprano Consuelo Bravo, el tenor Alain Damas, el violinista Igor Baranovsky y los pianistas Alberto Eiroa y Matthew Crawdford.

Y el sitio escogido fueron unas casas que se pusieron a la venta y que estaban junto a la parroquia de San Lorenzo y muy cerca del Convento de los Trinitarios, ubicado entonces donde el día de hoy está el teatro Lope de Vega. El Arquitecto D, Francisco de Praves fue el responsable de amoldar estas viviendas para convento. El Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana fue construido a finales del siglo XVIII siguiendo planos de Francesco Sabatini, en estilo Neoclásico, particularmente sobrio. La composición de la fachada y su decoración provienen de la tradición de la arquitectura herreriana. Resalta la iglesia, cuya planta adopta la manera elíptica y se cubre con cúpula de esta manera. Se abre este museo en 1978 y se detallan además estatuas de Gregorio Fernández o Juan de Mena y una magnífica colección de lonas bordadas realizadas a mano por las monjas durante los últimos cinco siglos.

Santa Gadea Del Cid, Galardonado Como Pueblo Más Bello De Castilla Y León

Los retablos de la nave de la Iglesia forman una de las joyas del Museo. Realizados en madera imitando mármol con decoración de angelotes y alternancia de frontones, contienen, en el lado de la epístola, tres cuadros de Francisco de Goya, y en el lado del evangelio, un trío de proyectos de Ramón Bayeu, cuñado de Goya, considerados entre sus mejores proyectos. También se expone unCristo en la Cruzdel siglo XVI realizado en papel, una técnica de la que, si bien generalizada antaño, en la actualidad se conservan tan pocos ejemplares que esta obra adquiere un enorme valor testimonial.

ElCristo Yacenterealizado por el taller de Gregorio Fernández hacia 1634, imagen titular de la Cofradía del Beato Entierro. El naturalismo de esta imagen es sobrecogedor y además de esto se ve potenciado por elementos postizos como son los ojos de cristal, las uñas de asta de toro, los baldeses de cuero para las lesiones y las gotas de resina que acompañan a la sangre del costado. Pero llegó un tiempo en el que decayó la primitiva observancia, era a fines del siglo XVI; en el momento en que se encontraba en auge la reforma de las diferentes Ordenes religiosas en España. El día veinte de Mayo del año 1198, en un pueblo de la Provincia de Palencia.

Ramón De Bayeu

Como directivo de las mismas ofició primero Francisco Balzaina, teniendo como contratista a Francisco Álvarez Benavides, y más tarde a M. La fundación del primitivo convento data de finales del siglo XVI y se debió a Francisco de Praves. En 1780 se vuelve a construir todo el edificio encargando las trazas a Francisco Sabatini, que finalizará las proyectos en 1787.

monasterio de san joaquin y santa ana valladolid

Esta reforma, denominada Recolección, que supone una obediencia mas esctricta, será aceptada por las religiosas no solo del nuevo convento de Valladolid sino por otras casas de la orden repartidas por toda la península. El monasterio que alberga este museo es un edificio neoclásico desarrollado por Francisco Sabatini, arquitecto del rey Carlos III. Especialmente interesante es la compilación deimágenes del Niño Jesús, con múltiples caracterizaciones y ajuares, que llenan varias de las vitrinas del museo. Entre las proyectos más entrometidas se encuentra la representación deLos Muy, muy nuevos, un escaparate miniatura en cera efectuada en Nápoles en el siglo XVII, de un fuerte realismo dramático. El Rey Felipe II encarga al Abad de Husillos, D. Francisco de Reynoso, que concierte tanto el lugar como el sitio en el mismo, para el nuevo Monasterio. Y D. Francisco de Reynoso se decide por Valladolid Pudo influir en esta decisión el hecho de que ya se barajaba esta localidad como posible sede de la corte española.

La presente comunidad de monjas pertenece a la Orden Cisterciense de San Bernardo o de Castilla. El templo tiene dentro obras pictóricas en altares neoclásicos de Ramón Bayeu y Francisco de Goya (las del lado de la Epístola) y, además de esto, tiene patio, coro, claustro y Museo de Gregorio Fernández y Pedro de Mena. El Laboratorio de las Artes de Valladolid – Fundación Municipal de Cultura festeja la Navidad con una programación especial que se desarrollará del lunes 26 al viernes 30 de diciembre, d…

Estos cuadros son de una belleza excepcional, donde el rigor y la racionalidad compositiva se funden para transformarse en un ámbito lleno de humanidad. La fuerza expresiva de los protagonistas consiguen experiencias sobrenaturales, resaltando la tersura de los colores combinando con la calidad luminosa de exactamente los mismos, adquiriendo entre los conjuntos mucho más armoniosos de la pintura española. Obra inusual es el pecho de laDolorosade Pedro de Mena, parte desarrollada hacia 1673, protegida por una vitrina regalada por la National Gallery de Londres, después de ser allí mostrada en la exposición «Lo sagrado hecho real» del año 2009. Pero llegado el año 1777, el Monasterio de San Joaquín y Santa Ana en Valladolid, amenaza ruina total.

Llamado Perales y situado entre Palencia y Carrión de los Condes, era bendecido un Monasterio de monjas cistercienses. Venidas, como primera fundación, del Monasterio navarro que había en Tulebras. El monasterio, en pleno centro de Valladolid, aloja desde 1978 el museo, compuesto por diez salas. El rey Felipe II les hace llegar un escrito autorizando el traslado desde Perales a la nueva fundación de igual forma que intercede ante el Papa Clemente VIII a fin de que diese conformidad a la renovación de la orden que esta comunidad se propuso hacer.

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Así, en 1595 las monjas recoletas llegan a su nueva vivienda en Valladolid. Han permanecido durante unos meses en unas casas particulares propiedad de Antonio de Salazar y Francisca de Aguilar, hasta el momento en que pueden instalarse a finales de año en el nuevo convento que nace bajo la advocación de San Joaquín y Santa Ana. Llegado el último cuarto del siglo XVI la comunidad de monjas decide trasladarse a otra casa por encontrarse la suya en mal estado aparte de por estar ubicada en una zona que se había vuelto peligrosa.